martes, 3 de septiembre de 2019

¿POR QUÉ VEMOS SIEMPRE LA MISMA CARA DE LA LUNA?

Cuando observamos la Luna, siempre vemos la misma cara de su superficie, ¿alguna vez se ha preguntado por qué se comporta así nuestro satélite?

La Luna está en órbita alrededor de nuestro planeta al mismo tiempo que rota sobre su propio eje. El tiempo que tarda la Luna en completar la órbita alrededor de la Tierra es de aproximadamente 28 días, y el tiempo que tarda en completar un giro sobre su propio eje es aproximadamente el mismo. Este fenómeno se conoce con el nombre de velocidad sincronizada y es la causante de que siempre observemos la misma cara de la Luna.

Pero esto no fue siempre así. Al principio, la Luna giraba sobre su eje a una velocidad más rápida que en la actualidad y su distancia a nuestro planeta era menor. Esto permitía que desde el horizonte lunar se viera aparecer y desaparecer a nuestro planeta, experimentando nuestro satélite las "fuerzas de marea" provocadas por la gravedad de la Tierra cuyas consecuencias, en esos momentos, se manifestaban con una elevación y descenso de la superficie lunar. Este fenómeno fue frenando con el tiempo la velocidad de rotación de la Luna hasta hacer coincidir el tiempo de rotación lunar con el tiempo orbital alrededor de la Tierra. A esto se le llamó “acoplamiento de marea” y, como consecuencia de ello, ya no se ve aparecer y desaparecer a nuestro planeta desde el horizonte lunar y desde la Tierra siempre observamos la misma cara de la Luna.

El que veamos siempre la misma cara de la Luna, no significa que observemos solo la mitad de su superficie, en realidad vemos casi el 60 % de ella. Esto es gracias a una serie de oscilaciones de nuestro satélite: la “libración”.

El hecho de que nuestro planeta no esté en el centro de la órbita lunar (excentricidad), da lugar a que nuestro satélite aumente su velocidad al aproximarse a la Tierra y disminuya al alejarse. La consecuencia de esto es una oscilación en dirección este-oeste de unos ocho grados aproximadamente. Por otro lado, el eje lunar tiene una inclinación sobre el plano de su órbita de unos siete grados, permitiendo ver una mayor superficie en sus polos de forma alternativa. Además, la rotación de nuestro planeta permite que podamos ver una mayor superficie lunar en sus extremos a medida que nuestro planeta va girando. La combinación de todo esto nos permite que podamos observar cerca de un 60 % de la superficie lunar.

La velocidad síncrona no es algo exclusivo o aislado entre nuestro planeta y la Luna. Este fenómeno también se da en otros lugares de nuestro Sistema Solar:

Entre Plutón y su satélite Caronte. En este caso la sincronización es doble, lo que produce que los dos objetos se den siempre la misma cara.

Entre Júpiter y sus cuatro satélites principales (Ío, Europa, Ganímedes y Calisto). Giran de forma sincrónica con su órbita por lo que se produce el mismo efecto que con nuestra Luna, siempre muestran su misma cara.

jueves, 20 de junio de 2019

SOLSTICIO DE VERANO 2019



El término solsticio deriva del latín y significa "el sol se detiene" y es que durante los solsticios, el Sol parece detener su actividad y quedarse inmóvil.
¿Sabes qué día el Sol alcanza su punto más alto? ¿Sabes cuándo tienen lugar la noche más corta y el día más largo del año? Todo ocurre el mismo día: el solsticio de verano, en nuestro hemisferio, tiene lugar el día en que el Sol alcanza su máxima altura, esto ocurre entorno al 21 de junio, siendo entonces el día con más horas solares y lo contrario para la noche.
Definitivamente, se trata de un día distinto a los demás, ya que desde tiempos ancestrales el hombre, la naturaleza y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta. Es una noche rodeada de magia, ritos y tradiciones que la hacen especial y dan la entrada al verano.
La celebración del solsticio de verano es tan antigua como la misma humanidad, se trata de una jornada cargada de poder y magia. Según las creencias procedentes del paganismo de tiempos pasados, hadas y deidades de la naturaleza andan sueltos por los campos.
Tradicionalmente, los agricultores daban gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres.
Fogatas y ritos de fuego eran iniciados la víspera del pleno verano para simbolizar el poder del Dios padre Sol y ayudarle a renovar su energía. Asimismo, se trataba de rituales para purificarse y asegurar el renacimiento del Sol.
El solsticio de verano comenzará el 21 de junio a las 17:54 hora oficial peninsular, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
Esta estación durará 93 días y 15 horas, y terminará el 23 de septiembre con el comienzo del otoño.
El cielo del verano, hasta mediados de julio, estará dominado al amanecer por Venus y Saturno. Al anochecer serán visibles Júpiter, Saturno y, hasta mediados de julio, Marte.
A lo largo del verano se producirán dos eclipses: el día 2 de julio habrá un eclipse total de Sol que será visible en el Pacífico sur y Sudamérica y la noche del 16 al 17 de julio se producirá un eclipse parcial de Luna que será visible en América, Europa y África. Este último eclipse será visible desde España.

sábado, 16 de diciembre de 2017

TRAZOS DE ESTRELLAS EN EL CIELO DE LITUÉNIGO

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos… momentos… se perderán en el tiempo, como lágrimas... en la lluvia...." (Blade Runner)

Las estrellas próximas a la Polar parecen rotar a su alrededor, percepción engañosa, pues es la tierra la que gira.

La estrella polar está alineada con el eje de rotación terrestre, así que la tierra al girar lo hace sobre un eje imaginario que al rotar sobre él hace que parezca que la estrella polar esté inmóvil, mientras que las demás estrellas cercanas a ella se desplazan formando trazos concéntricos.

Hace tiempo tuve la oportunidad de fotografiar la región circumpolar, aquella noche no estaba mi cuerpo para poner en estación el telescopio, así que opté por colocar la cámara sobre el trípode y programar el intervalómetro. Así que, mientras la cámara iba haciendo su cometido, me dediqué a disfrutar de la compañía de Manolo y de su trabajo con el telescopio, dirigido hacia la constelación del Cisne, para capturar la nebulosa Norteamérica.


Después de varias horas de tomas sobre la región circumpolar, aquí tienes el resultado. Todo parece girar sobre un punto: la estrella Polar.


jueves, 18 de mayo de 2017

¿QUÉ ES EL POLVO INTERESTELAR?

En una ocasión me preguntaron ¿qué es el polvo interestelar? Solo hace falta mirarnos a un espejo para verlo reflejado en él. Nosotros, y todo lo que nos rodea, somos polvo interestelar.
Nuestra procedencia tiene su origen en una enorme explosión en algún lugar del Universo. Voy a intentar explicarlo de forma sencilla. Te invito a conocerte mejor.
Antes de comenzar, dejar claro que nada tiene que ver el polvo interestelar o cósmico con el polvo depositado en los muebles de nuestra casa.
Para comprender qué es el polvo interestelar, será mejor retroceder en el tiempo y situarnos en los primeros momentos de la formación del Universo.
Si nos adentramos en las profundidades de una cueva y desconectamos nuestra luz artificial, quedaremos envueltos en una oscuridad absoluta carente del más mínimo sonido. Este ejemplo nos puede ayudar a comprender los primeros momentos del Universo, un espacio sumergido en la oscuridad al carecer de estrellas que lo iluminen: La Edad Oscura del Universo.
Sigamos con el ejemplo de la cueva. Para salir de la oscuridad absoluta en la que nos encontramos en su interior, encendemos una diminuta lámpara alejada de nosotros. Esa insignificante fuente de luz ilumina débilmente la estancia al mismo tiempo que eleva la temperatura en sus proximidades. Según las últimas investigaciones, esto es lo que pudo suceder en el Universo 550 millones de años después del Big Bang. Surgieron las primeras estrellas: el “amanecer cósmico”.
Antes de formarse las primeras estrellas, los elementos existentes eran el hidrógeno y el helio, por lo que éstas se crearon a partir de ambos gases. Se cree que estas estrellas primigenias fueron de una masa enorme y de corta vida.
Cuando estas primeras estrellas masivas murieron, no lo hicieron de cualquier forma, dieron un verdadero espectáculo a través de una enorme explosión: “supernova”, la explosión más grande que uno pudiera imaginarse.
Antes de explosionar, la estrella se resiste a morir y se dilata, aumentando considerablemente su tamaño al mismo tiempo que su combustible nuclear se va agotando. En esa lucha por permanecer viva, se generan en el interior de la estrella una serie de reacciones de fusión nuclear que dan como resultado la creación de nuevos elementos hasta esos momentos inexistentes en el Universo como el carbono de nuestras proteínas, el calcio de nuestros huesos, el oxígeno que respiramos, el hierro en nuestra sangre y el resto de átomos que forman nuestro cuerpo; además de otros átomos como neón, silicio, oro, plata, plomo, mercurio, etc.
Ahora ya sabemos que en el interior de las estrellas se crean todos los elementos necesarios para la formación de los planetas, asteroides, nuevas estrellas, los seres humanos... Somos “polvo de estrellas”.
Cuando la estrella explosiona en forma de supernova, lanza al exterior todos los átomos de los elementos creados en su interior. Estos elementos proporcionados por la estrella al morir, son el germen, la semilla que generará nueva vida.
Con el nacimiento y muerte de las primeras estrellas, la luz (inexistente hasta entonces) comenzó a interaccionar con el gas en el universo y desde entonces no cesan de nacer nuevas estrellas.
Las condiciones del nacimiento de las nuevas estrellas, nada tienen que ver con las primigenias. Las nuevas estrellas cuentan para su formación con los elementos creados y proporcionados por las primeras al morir, y hasta ese momento inexistentes.
Pero bueno, el tema va sobre el “polvo interestelar”, ¿qué hacemos hablando de la “Edad Oscura del Universo” o de la vida y muerte de las estrellas? ¿Qué relación tiene todo ello con el “polvo interestelar”?
Pues bien, el “polvo interestelar” son todos los átomos de los elementos creados en el interior de las estrellas y lanzados al exterior de las mismas al llegarles su muerte en forma de supernova. Este polvo se compone, principalmente, de aluminio, carbono y silicio en pequeños granos del tamaño de una millonésima de centímetro.
Si bien en la Edad Oscura podemos decir que el Universo estaba limpio de polvo, ahora es todo lo contrario, no para de acumularse y llenar el espacio entre las estrellas.
Actualmente muchos investigadores están tratando de determinar cuándo se crearon las primeras estrellas. Por lo que la detección y estudio de polvo interestelar temprano puede ayudar a concretar cuándo explotaron las primeras supernovas o cuándo las primeras estrellas iluminaron el Universo. De ahí su importancia.


EL TRIÁNGULO Y HEXÁGONO DE INVIERNO

Enero 2017.- Ya tenemos sobre nosotros el cielo de invierno. Son noches frías, pero de cielos limpios y ricos en estrellas y constelaciones hermosas.
¿Recordáis el triángulo de verano? Hace unos meses tuvimos la oportunidad de localizarlo y admirarlo a través de las estrellas que lo forman: Vega, Deneb y Altair.
Pues el cielo de invierno no solo tiene su triángulo, sino que también tiene su hexágono de invierno.
En el cielo invernal, una de las figuras que más destacan es el triángulo de invierno. Se trata de un asterismo, es decir, un conjunto de tres estrellas no reconocidas como constelación, pero que forman la figura de un triángulo: Sirio, Procyon y Betelgeuse, todas de primera magnitud, uniendo las constelaciones del Can Mayor, el Can Menor y Orión.
El Triángulo de Invierno forma parte de una figura aún mayor, denominada Hexágono de Invierno, al sumarse a Sirio y Procyon otras estrellas como Pollux, Capella, Aldebarán y Rigel; quedando en el centro del círculo Betelgeuse.
Las estrellas del hexágono forman parte de seis constelaciones: Canis Major, Canis Minor, Géminis, Auriga, Tauro y Orión.
Desde tiempos muy remotos, estas estrellas han sido las guías que han orientado al hombre en sus desplazamientos. Ahora, en nuestros días, siguen siéndolo para muchos aficionados a la astronomía por su gran ayuda a la hora de localizar otras estrellas y objetos de cielo profundo.
Ahora te propongo que aproveches una noche de este invierno, te abrigues bien y, una vez alejado de la contaminación lumínica, intentes localizar la constelación de Orión, después te resultará muy fácil localizar el triángulo y hexágono de invierno y sus constelaciones. ¿Aceptas? Ya me contarás.


ESPERANDO A QUE LA NOCHE DESCIENDA POR LAS FALDAS DEL MONCAYO

25 de febrero 2017. En el campo de observación de Lituénigo en compañía de mis colegas de Estudios Astronómicos Salduie (EAS) y con Isidro, de la Agrupación Astronómica de Huesca.


SAN PEDRO CULTURAL -BECERRIL DE CAMPOS-

Desde el pasado 19 de marzo 2017, fecha del II aniversario de la apertura de San Pedro Cultural en Becerril de Campos (Palencia), se puede observar en su aula de astronomía una colección de micrometeoritos capturados en Lituénigo.
Los micrometeoritos se exponen junto a un meteorito capturado en las cercanías de Palencia en el año 2004.
Aquí unas imágenes de la celebración del II aniversario y de la vitrina donde se exponen los micrometeoritos de forma permanente.

lunes, 25 de julio de 2016

A LA CAZA DE MICROMETEORITOS

Este fin de semana ha resultado muy fructífero en la caza de micrometeoritos (estrellas fugaces). Después de escobar la terraza, filtré la arena recogida y le pasé un imán para capturar los metales que contenía. El resultado fue magnífico, ya que las últimas lluvias habían dejado sobre el suelo gran cantidad de micrometeoritos.


Sobre la Tierra se depositan a lo largo del día más de 100 toneladas de material extraterrestre, la mayor parte son micrometeoritos, restos de cometas, asteroides o polvo interplanetario. Los micrometeoritos  y el polvo interplanetario quedan en suspensión en las capas altas de la atmósfera y poco a poco se van depositando en el suelo en el interior de las gotas de lluvia, copos de nieve o granizo.

La mayor parte de esos meteoritos tienen una composición rocosa, pero otros están formados de hierro y níquel, y pueden ser separados del resto de partículas del terreno con un imán, y ser observadas con un microscopio (su tamaño es diminuto, con diámetros de milésimas de milímetro). Su forma redondeada y con estrías delata su origen. (Esférulas cósmicas)


Esos meteoritos proceden directamente de la materia que dio origen al sistema solar. Tienen una edad por tanto de unos 4.500 millones de años.

En las imágenes, tomadas con un teléfono móvil a través del ocular del microscopio, además de los micrometeoritos, también se pueden observar unos cuerpos geométricos en forma de octaedro regular (ocho caras con forma de triángulos equiláteros, en forma de dos pirámides unidas por sus bases), creo que se trata de un mineral, la magnetita, un imán natural que, como puede apreciarse en las imágenes, mantiene unido o pegado a todo el conjunto de micrometeoritos.

jueves, 3 de septiembre de 2015

UN RELOJ SOLAR Y UN MONJE DOMINICO

Todavía no salgo de mi asombro al llegar a la cima de la Peña de Francia, a 1723 metros de altura. Desde su cumbre se divisa a lo lejos Salamanca y la provincia de Zamora, la Sierra de Béjar, la de Gredos, y por otro lado los valles y olivares extremeños, las Hurdes, las Batuecas, y más al Poniente, el Campo de Argañan y extensas tierras portuguesas cruzadas por la Sierra de la Estrella.
En su cima se encuentra un monasterio habitado desde el siglo XV por los Dominicos, únicamente lo dejaron por la desamortización de Mendizábal para volver años después.
Uno de sus monjes, también ingeniero, construyó este magnífico reloj solar en 1960 a las puertas del monasterio. Gracias.